El 11 de marzo de este año, el Gobierno Nacional anunció la implementación de un
esquema de retenciones móviles a las exportaciones de granos y oleaginosas, que en lo inmediato significaban
un aumento del 35% al 40%.Inmediatamente, el conjunto de las representaciones gremiales agropecuarias y varios sectores políticos opositores al gobierno rechazaron enérgicamente la medida. En numerosas localidades del interior del país surgieron protestas de productores agropecuarios, alineados o no con sus entidades representativas, lo que derivó en cortes de ruta, llamado al lock-out, al desabastecimiento de los centros urbanos y finalmente, al “paro por tiempo indeterminado”. Paralelamente, en la Ciudad de Buenos Aires (mas precisamente en los barrios de Caballito, Barrio Norte y Recoleta) ocurrieron -segun varios medios de comunicación, “espontáneamente”- cacerolazos en apoyo al reclamo del “campo”.
A partir de esta situación, hemos visto y escuchado una enorme cantidad de opiniones y análisis, que en muchos casos se plantean como verdades absolutas e indiscutibles. A continuación, vamos a examinar algunas de las afirmaciones que solemos escuchar con mayor frecuencia, con el objetivo de promover la reflexión, esclarecer el debate e indagar en un problema que nos involucra a todos:
1. Con las retenciones moviles a la soja, los productores pierden plata.La realidad es que con las retenciones fijas (en 35%), un productor de soja recibía en noviembre de 2007,
U$S 258 por tonelada. Con las retenciones móviles (hoy en 40%), un productor de soja recibió en mayo de 2008,
U$S 271 por tonelada. Esto se debe a que el precio de la soja aumentó vertiginosamente en el mercado internacional, por lo que un productor de soja
hoy gana mas que en 2007, pese al aumento en las retenciones. Si el precio internacional de la soja bajara, las retenciones harían lo mismo debido a su caracter movil. Tambien vale aclarar que gobierno y entidades rurales ya acordaron en temas como LECHE, CARNE, TRIGO Y MAIZ. El paro y los cortes de ruta siguen debido al desacuerdo en el tema SOJA.
2. Con este nivel de retenciones, los pequeños productores no pueden absorber los costos.Luego de las modificaciones a la resolución del 11 de marzo de 2008 (entre las cuales está la creación de la
Subsecretaría de Agricultura Familiar, un reclamo histórico de los pequeños productores) se reinstauró un
FONDO DE TRANSPORTE -existía hasta 1991-, por medio del cual se cubren las diferencias de costo para los productores más alejados de los puertos. Mediante este fondo,
se le devuelven a estos pequeños productores, las diferencias de las retenciones respecto del esquema anterior (es decir, un 5%) mediante transferencia bancaria.
La negativa de muchos productores respecto de esta medida es porque en su mayoría realizan la comercialización de sus productos
en negro y de esta manera no podrian recibir dicho beneficio.
3. El campo es quien más aporta a la Argentina.El sector agropecuario es una parte importante de la economía, pero
no es la principal actividad económica en nuestro país ni tampoco el sector que produce mayor valor agregado.El campo aporta el 5,7% (dato obtenido segun la Dirección de Cuentas Nacionales) del Producto Bruto Interno de nuestro país. Es decir que de cada 100 pesos que se invierten o consumen en nuestro país,
solo $5,70.- provienen del sector agropecuario.En materia impositiva, la contribución del sector es igual de significativa. El campo aportó durante 2007,
1170 millones de pesos en concepto de Impuesto a las Ganancias:
un 4% del total recaudado. El aporte de la industria, por citar otra actividad económica, fue de
9000 millones de pesos, es decir
un 35% del total. Tengamos en cuenta tambien, que el IVA que es un impuesto al consumo y lo pagamos todos,
representa un 6,2% del Producto Bruto Interno.4. El Estado se lleva la plata del Interior de manera ilegítima.Desde la Constitución de 1853, la Republica Argentina es un
ESTADO FEDERAL y los derechos de aduana (referidos al Comercio Exterior, es decir, a las exportaciones)
los cobra el Gobierno Nacional y no la provincia que tiene puerto. Asi se derogó el privilegio de las provincias portuarias (Buenos Aires, principalmente) que definian y captaban para sí todos los tributos del comercio exterior. Si fuera de otra manera, cada provincia debería arreglarselas como pueda y no existiría planificación federal de la inversión pública.
Entonces, como vimos anteriormente, las retenciones a la soja suponen la captación de la renta extraordinaria motivada por los altos precios internacionales, es decir,
el dinero que los productores obtienen sin mover un dedo. Ademas, contribuyen a poner límites a la producción de soja,
que aumento del 8% al 52% del total de la producción agropecuaria de nuestro pais en los últimos 25 años, desplazando a otros cultivos y productos que ademas de exportarse se consumen en el país, como el algodón, la frutihorticultura o la ganadería (cabe aclarar que del total de la producción sojera nacional,
solo el 4% se consume en Argentina).De esto se desprende entonces que los reclamos del “campo”
no apuntan a la generación de politicas agropecuarias focalizadas ni a la incentivación mediante subsidios a los pequeños productores, sino que lo que pretenden las entidades rurales es a cambiar el modelo económico:
en definitiva, el modelo de país. La soja es una excusa. La pelea es por volver a un modelo agroexportador que va en detrimento de los intereses nacionales y del colectivo social. Y, en este sentido, el gobierno constitucional es considerado “un obstaculo” y se pretende torcer por la fuerza el rumbo que en octubre pasado ratificaron los argentinos en las urnas.
Para finalizar, esperemos que estos puntos de reflexión sirvan para que alguno reconsidere su apoyo a los reclamos del “campo”.
En este conflicto estar a favor de las retenciones no es estar a favor del gobierno; es estar a favor de una política económica redistributiva, pilar central de un modelo económico que permita pensar en
un país inclusivo, con trabajo y perspectivas para todos. Al gobierno le falta mucho por hacer en materia de redistribución del ingreso, pero si no se pueden implementar medidas como esta, ni Cristina ni nadie va a poder avanzar ni medio centímetro en sentar las bases para un país mas justo.
