marzo 26, 2008

Paro del Campo: Los Jovenes decimos NO a los que especulan con el hambre de los Argentinos

Es dificil describir la sensación que produce escuchar la victimización de los sectores privilegiados.

Estos sectores a los que pocas veces se los escuchó criticar al neoliberalismo económico, que comenzó con la dictadura militar y prosiguió con Menem y De la Rúa, hoy se ponen contestatarios a traves de un paro patronal extorsivo porque el gobierno busca equilibrar las grandes ganancias que obtienen no tan solo por los mejores precios internacionales, sino también por un dólar que se sostiene en base a una decisión política del estado, que todos los días compra divisas para garantizar su precio.

Sembrar la idea de una Argentina en crisis, en funcion de la disconformidad de un sector con algunas medidas del gobierno, solo responde a los más egoistas y rapaces intereses de quienes no comprenden la noción de que el país es para todos y no para unos pocos.

El reclamo sectorial tiene un límite que es el bien comun, es decir, no debe sobrepasar las necesidades del conjunto de la sociedad. El rol del Estado es velar por los intereses comunes y la obligación de justicia en la distribución. Para tal fin, el Estado debe intervenir en la economía como articulador social en defensa de los intereses populares.

El fin de la producción agropecuaria es contribuir decididamente a la alimentación de los argentinos, de los latinoamericanos y de la humanidad. La intervención del Estado como ordenador económico es un medio para la consecución de tal fin. En consecuencia la defensa del lucro y el empleo de la mentira para mantenerlo e incrementarlo resulta odiosa.

En el orden de las inexactitudes, debemos escuchar a la dirigencia agropecuaria hablar de que la situación es insostenible, que producen a pérdida, cuando se observa que exhiben niveles de ingresos nunca vistos. Sostienen que el incremento en el valor de los alimentos (por ejemplo, la leche) se debe a la firme demanda interna, cuando en realidad lo que disminuyó fue la oferta. Esto es facilmente comprobable comparando tres elementos: aumento de la población, evolución del stock ganadero y consumo per capita. El consumo de leche per capita hoy es aun inferior al que habia a mediados de los noventa. Hoy en nuestro pais se consumen mas litros de cerveza que de leche.

Esta disminución del consumo significa que los asalariados y los indigentes pagan el superavit comercial y nos muestra quien soporta la devaluación. Gracias a las nuevas políticas, el sector agropecuario vio triplicados sus ingresos por el solo hecho de existir un dólar más alto, tipo de cambio que se sostiene con el esfuerzo que fundamentalmente hicieron los sectores asalariados, que vieron disminuir sus ingresos a un tercio de un día para otro, y que hoy ven cómo esto repercute en los precios de la mercadería que se consume a diario, en gran medida por la avaricia de muchos empresarios, especialmente de aquellos que son formadores de precios.

Entonces es claro: el campo no paga la ayuda social, sino que mas bien se ve beneficiado en recibir mas pesos que antes.

Las retenciones son la forma que tiene el gobierno de restituir el desgaste producido en el consumo per capita. Estas retenciones son las que permiten ir en auxilio de los sectores más castigados por la crisis, crear la infraestructura que posibilite el desarrollo y tener la fortaleza económica como para que ninguna crisis internacional nos arrastre.

En definitiva, una forma de pagar esta deuda de solidaridad de aquellos que tienen mas respecto de los que menos tienen.

Por ultimo, tengamos todos en claro que quienes hoy van contra las retenciones mañana, una vez mas y como siempre, van a venir por el bolsillo de cada uno de nosotros, que es lo unico que les interesa.

Nosotros queremos comer, otros saciar su codicia. Vamos a ver quien aguanta mas.