agosto 12, 2008

Construyamos poder estudiantil

Este segundo cuatrimestre comienza enmarcado por dos fenómenos que son síntomas claros de que en el Centro de Estudiantes de Bellas Artes no cambió nada. Por un lado, la falta de compromiso de quienes asumieron la responsabilidad de representarnos a todos los estudiantes de Bellas Artes ante el Consejo Académico, máximo organo resolutivo de la Facultad. Vale recordar que en la sesión de abril del Consejo Académico de nuestra Facultad, ninguno de los tres consejeros académicos de Bellas Artes al Frente (actual conducción del CEBA) pudo asumir sus funciones por no cumplir con las exigencias del Estatuto de la UNLP (ser alumno regular de alguna carrera de la facultad y tener aprobado un tercio de la misma).

Por otro lado, la pésima administración de los serviciós del CEBA (fotocopiadora, buffet, etc), que no solo no desarrolla eficazmente sus tareas, sino que ademas da lugar a sospechas sobre manejos poco claros y practicas espurias a espalda de los estudiantes. Es que la conducción del CEBA "exigió" a las autoridades de la Facultad una ayuda económica de $2000.- (dos mil pesos) mensuales para poder sostener los servicios del centro (¿No es contradictorio que una conducción del centro que plantea la independencia de las autoridades solicite al Decanato subsidios y ayuda económica?), cuando la realidad es que el CEBA hoy recibe un subsidio de papel por parte de la facultad, no tiene gastos en servicios públicos (luz, gas, teléfono, etc.), no paga alquiler por el espacio que utiliza ni cargas impositivas por los servicios que debería prestar. Todo esto sin mencionar la precarización laboral que sufren los becarios del CEBA, quienes ademas de cobrar un sueldo que no se corresponde con la canasta básica, lo perciben en negro y sin ningun tipo de aporte ni cargas sociales.

Analizando esta descripción, comienzan a verse los efectos de la incapacidad política de los sectores que, por su mezquindad, no supieron construir una alternativa "revolucionaria" para nuestro Centro de Estudiantes.

En ese marco, los estudiantes nos encontramos con la lógica aparatista de quienes han convertido a las organizaciones estudiantiles en meros apéndices de sus partidos políticos, recurriendo para ello a la negativa sistemática a democratizar los espacios de participación. Esa lógica aparatista ha logrado profundizar la desmovilización, la apatía y la despolitización de gran parte del estudiantado, agotados por la manipulación y el ultravanguardismo (prácticas de las cuales Bellas Artes al Frente es el ejemplo más evidente).

El movimiento estudiantil no es una oficina ni un local de apuntes; no es una personería ni un sello de goma; no es una sigla ni un libro de actas, no es una comisión directiva ni es un secretariado. El movimiento estudiantil es la voluntad organizada del conjunto de los estudiantes y como tal no se puede usurpar ni intervenir. Por eso desde ALBA llamamos a renovar las formas de organización y participación estudiantil, de forma tal que expresen democráticamente a la voluntad organizada del conjunto de los estudiantes de Bellas Artes, es decir, para que sean verdaderos órganos de poder estudiantil.